5 dic 2007

Televisión como un medio de educación

INTRODUCCIÓN


A propósito de la gran variedad de programas de corte educativo que se han difundido por televisión desde los inicios de este medio y con mayor fuerza a partir de los años setenta, cabe mencionar, la televisión implica una serie de expresiones que hay que descifrar.
En este trabajo tratare de hacer una pequeña reseña acerca de la televisión, a si como los aportes que da a la educación a través del paso del tiempo. Tratare un poco de la enajenación en la que ha caído la gente.
Sin duda en México, la llegada de la televisión fue todo un acontecimiento ya que, fue un nuevo medio de comunicación que pretendía unir a la familia con programas de entretenimiento con humor blanco, doble moral. Una televisión ingenua muy de acuerdo a la época que se vivía en su surgimiento a inicios de los 50as.
Trate de recopilar un poco de información de lo que fue la llegada del cine, porque en sus inicios se planeo con fines educativos.


















DESARROLLO


Como todos ya sabemos la comunicación es un fenómeno que antecede al hombre, las experiencias comunicativas sólo se hicieron posibles gracias al paulatino desarrollo tecnológico y cultural. Las contribuciones teóricas en comunicación hechas a lo largo de este tiempo forman una gran cantidad de definiciones de lo que es el término, sin embargo, una de las más recurrentes es aquella que regresa a sus orígenes etimológicos y se refiere al poner en común con el otro.
Por otro lado la educación a través del tiempo ha sido considerada como un medio, por el cual el individuo aprende y es orientado hacia su futuro por lo que, se ha orientado siempre al desarrollo de las más altas virtudes humanas.
La relación entre comunicación y educación es una constante histórica en la cual, la primera es condición indispensable de la segunda, no obstante, hasta principios del siglo XX no existía una vinculación directa.
“Como objeto de estudio característico, la comunicación educativa tiene sus orígenes en la década de los 20, a partir de que se le descubre y estudia por separado y se reconocen las posibilidades que ofrecen los instrumentos de comunicación masiva aplicados a la educación. Originalmente se le conocía como comunicación audiovisual o auxiliar de la enseñanza y no es hasta los años 70 cuando adopta el nombre de comunicación educativa.” [1]
La educación se sirve de los medios de comunicación para incidir en un mayor número de personas, bajo condiciones espacio temporales accesibles y a partir de un lenguaje verbo audio visual. Los medios electrónicos no necesitan mayor instrucción para ser decodificados de tal suerte que permiten difundir mensajes que de otro modo y por diversas cuestiones (geográficas, económicas o culturales) no hubiera sido posible.
Francisco Sierra afirma que "la Comunicación Educativa, ha sido el marco de trabajo académico que ha tratado la compleja integración entre información, tecnología, educación y cultura, a partir de las relaciones existentes en esta materia iniciada con los programas de educación "en" "sobre", "a través" y "con" los medios y modernas tecnologías electrónicas de comunicación por el sistema formal de enseñanza" [2]
En los inicios del siglo XX los adelantos tecnológicos se desarrollan de manera notable y como consecuencia las prácticas comunicativas se consolidan a partir de los medios de comunicación masiva existentes, como la radio, la fotografía o el cine; siendo este último uno de los medios con mayores posibilidades en la educación.
Las imágenes en movimiento del cinematógrafo, casi a la par del surgimiento de la comunicación educativa inician sus primeras proyecciones con fines educativos en 1922 a través de los talleres cinematográficos de la SEP.
Con el propósito de fomentar el uso del cine como medio educativo, se forma en 1933 la Sociedad Pro-Cine Educativo y en la misma fecha la SEP produce su primera película: Pescadores, mejor conocida como Redes.
El cine como medio de difusión educativa accede lentamente el paso a la transmisión sincrónica de sonidos e imágenes de recepción simultánea que ofrece la televisión. En México las transmisiones experimentales de González Camarena inician en 1946 por XHIGC. A partir de entonces el binomio televisión y educación inician el camino de las distintas prácticas que configuran la televisión educativa hasta nuestros días.
“La primera demostración de televisión en blanco y negro con fines educativos se da a propósito de la VII Asamblea de Cirujanos, en el quirófano principal del hospital Juárez en 1948 y dos años después dan inicio de manera formal las primeras transmisiones de carácter comercial a través de XHTV canal 4 de Televisión de México S.A. propiedad de Rómulo O´Farril. Desde entonces la televisión se bifurca en dos sentidos: televisión pública o gubernamental y televisión privada.”[3]
Por otra parte la televisión pública genera un tipo de mensajes orientados a apoyar las distintas funciones del estado, en tanto que la televisión privada se dirige primordialmente a promover a sus anunciantes y ofrecer entretenimiento de manera masiva.
“La práctica muestra que la relación entre gobierno y medios de comunicación privados genera un tipo de ideología conveniente para la clase hegemónica que ayuda a mantener el estado de las cosas (status quo), mientras las voces disidentes y miradas subversivas en contra del sistema han tenido que ver pasar varias décadas antes de encontrar una leve luz de esperanza en los medios de comunicación, pues las más de las veces la apertura de la información es sólo el espejismo de las válvulas de escape institucional.”[4]
A propósito de lo anterior la a Ley Federal de Radio y Televisión (1960), contempla que:
La televisión constituye una actividad de interés público que compete al Estado proteger y vigilar, su función social es:
Contribuir al fortalecimiento de la integración nacional y al mejoramiento de las formas de convivencia humana
Afirmar el respeto a los principios de la moral social, la dignidad humana y los vínculos familiares.
Evitar influencias nocivas o perturbadoras al desarrollo armónico de la niñez y la juventud.
Contribuir a elevar el nivel cultural del pueblo y a conservar las características nacionales, a las costumbres del país y sus tradiciones, la propiedad del idioma y a exaltar los valores de la nación mexicana.
Fortalecer las convicciones democráticas, la unidad nacional, la amistad y cooperación internacionales.
Si bien la función social de la televisión es a grandes rasgos, la de cultivar valores y promover la cultura, no tiene por obligación educar a sus televidentes, pero hay quienes como Mario Kaplún sugieren que "todo programa educa, sólo que -lo mismo que la escuela, lo mismo que el hogar- puede educar bien o mal" [5]
Es claro que la televisión produce en el espectador una serie de valores, y representaciones, sin embargo, no se le puede ver todavía como un proceso de educación sino de inculturización, es decir, el proceso en el que un individuo o grupo ponen en relación los sucesos, los fines y las creencias que los grupos sociales quieren preservar y estos los interiorizan y los hacen suyos.
Por otra parte el gobierno federal a través de diferentes demandas, ha sido el principal organizador de la educación con apoyo de tecnología. Aún antes de la llegada de la televisión, la Secretaría de Educación Pública ya trabajaba al respecto. Por tanto no es raro que sea el gobierno quién cuente con mayor experiencia en el uso educacional de la televisión.
Estos movimientos en este sección se han orientado primordialmente a "apoyar sus programas de educación formal escolarizada o a brindar sustitutos de ésta", sin embargo, las más de las veces, el uso de los medios se ha hecho sin una clara conciencia pedagógica de su utilidad, guiados por el mero deslumbramiento tecnológico de los medios de comunicación y forzado por la elevada demanda educacional.
A finales de los años 70 la televisión educativa de producción estatal adquiere mayor fuerza y a la sombra de distintos organismos públicos como la Unidad de Tele secundaria, la Unidad de Televisión Educativa y Cultural, Canal 11, el Instituto Nacional para la Educación de Adultos, Televisión de la República Mexicana y Canal 22, apoyan la educación de manera formal e informal.
La experiencia más importante al respecto fue en aquel entonces Tele secundaria, dirigida a sectores marginados de la población y con base en el plan de estudios de la SEP para el nivel secundaria. La Unidad de Tele secundaria es responsable de la planificación y elaboración del diseño y la evaluación de los programas y la UTEC encargada de la realización técnica y transmisión de señales.
El UTEC conjuntamente con la SEP, generan diversos programas culturales para fomentar el interés por nuestro país, la memoria histórica o la identidad nacional con series como "Los grandes maestros del arte popular", "México plural", "Los libros tienen la palabra", "Los maestros", "Los que hicieron nuestro cine", etcétera. Otras experiencias son: Tele primaria, telenovelas educativas, el INEA, la capacitación agropecuaria e industrial, campañas sanitarias, educación sexual.
La Secretaría de Educación Pública a través de diferentes instancias, ha estado presente durante casi cinco décadas en la televisión con fines educativos. Actualmente la Dirección General de Televisión Educativa es la encargada de generar dichos trabajos.
La Dirección General de Televisión Educativa dependencia de la SEP, es el organismo más importante en cuanto a televisión educativa se refiere y tiene a su cargo el sistema EDUSAT, el más importante en su naturaleza en Latinoamérica.
EDUSAT pretende adquirir un esquema de equidad en materia educativa como promotor del conocimiento a partir de medios electrónicos y con esto contribuir al abatimiento del rezago educativo en México. Este sistema cuenta con 30 mil puntos receptores en casi todo el Continente Americano. Con nueve canales de programación propia y tres de retransmisión y cuatro de radio.
De los nueve canales con programación propia, la Dirección General de Televisión Educativa (DGTVE) administra el canal 11, 12, 14 y 17, mientras que el Instituto Latinoamericano de Comunicación Educativa (ILCE) se encarga de los canales 13, 15, 16 y 18, y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes el Canal 23

Las principales tareas de EDUSAT son:

La operación de la Red Edusat, que abarca los ámbitos de programación y transmisión de programas educativos, para la televisión y radio, así como la operación y el mantenimiento preventivo y correctivo de Red Edusat.
Operación de la Red Edusat, que abarca los ámbitos de programación y transmisión de programas educativos, para televisión y radio, así como la operación y el mantenimiento preventivo y correctivo de la Red Edusat.
Producción audiovisual, entendida como la concepción y la realización de series y programas educativos, acordes a las necesidades de diferentes públicos.
Servicio Nacional de Imagen Educativa, que comprende conservación y sistematización de acervos.
Formación, capacitación y actualización para profesionales vinculados con los medios audiovisuales educativos.
Investigación, desarrollo audiovisual y evaluación.
(DGTVE: 1999)
Red satelital de televisión educativa EDUSAT también se transmite en televisión abierta, en los canales 11 y 22. La televisión gubernamental con fines educativos ha generado la mayor parte de los programas de este corte a lo largo de la historia de la televisión, ha tenido presencia en la televisión privada gracias a los tiempos que la ley le otorga y a los canales estatales como el ya desaparecido canal 13 IMEVISION, o el Canal 11 y 22.
Entrando en otro ámbito, la televisión educativa del sector privado "se introdujo al campo institucional por primera vez en el año de 1975, con la transmisión de la telenovela "ven con migo", que dio la pauta para la producción de "Acompáñame" y "Vamos juntos" en los años de 1977 y 1979". Esta última recupera los valores de las dos producciones anteriores e incorpora otros como la integración familiar, o los factores intelectuales por lo que se le consideró en su momento como innovadora.
Las telenovelas parecen estar estancadas en temáticas de los años cincuentas ya que no reflejan ni un 30% de lo que en realidad es la sociedad mexicana. Su contenido tan convencional ha perdurado por lo largo de los años cambiando solo lo visual y técnico, tal como vestuarios y formatos. Pero los temas, argumentos y personajes siguen siendo los mismos. Hablando de la nobleza que no existe en México y de la mujer ejecutiva que ni siquiera es mayoría en nuestro país tercermundista.
En 1976 Televisa y la Universidad Nacional Autónoma de México inician un convenio de colaboración que permite a la televisora consolidar su participación en el campo educativo. "Introducción a la Universidad" fue el primero de los programas realizados a partir de este convenio, otro ejemplo sería el programa "Divulgación Universitaria" que se transmitió a partir de 1977 con el propósito de sustituir las cátedras universitarias suspendidas por una huelga de trabajadores de la UNAM y en el cual participaron 353 maestros universitarios.
Los programas con fines educativos continuaron gracias al trabajo conjunto con otras organizaciones como el Centro de Información de Datos Educativos, Fundación Televisa, el Instituto Mexicano de Estudios de la Comunicación y el Centro de Investigaciones de Televisa, además de los acuerdos de colaboración con The Children´s Television Workshop, Fundación Ford y Coca cola Corporación; con quienes hizo posible una de las más importantes experiencias educativas de los años setenta: el programa Plaza Sésamo.
En 1967 The children´s Television Workshop inició sus actividades en Estados Unidos como un proyecto de investigación que se convirtió, con el paso del tiempo en una de las mayores productoras de programas de televisión educativa, gracias a su principal producto Plaza Sésamo.
A partir de sus inicios Plaza Sésamo se dirigió fundamentalmente a los niños en edad preescolar de la población marginada norteamericana, con el propósito de mejorar su rendimiento escolar, y una vez probado su éxito, la serie se distribuyó por todo el mundo, especialmente entre los países del Tercer Mundo. La primera versión de Plaza Sésamo para Latinoamérica se produjo en México con el financiamiento de la Fundación Ford y la empresa trasnacional Xerox bajo la responsabilidad de The Children´s Televisión Workshop en el año de 1982.
La participación vinculada de Televisa con las mencionadas organizaciones permite que dicha televisora reestructure su programación con el fin de mejorar sus contenidos y con las técnicas y experiencias utilizadas en Plaza Sésamo, crea otros programas del mismo corte como "El tesoro del saber".
En la actualidad la televisión comercial tiene poco cuidado de crear programas expresamente para difundir o promover valores, se van más por el lado del entretenimiento o en el peor de los casos son programas importados de los Estados Unidos. De aquí que la pregunta sea ¿Es posible la educación por televisión?
Además la televisión educativa "hace referencia a toda emisión de programas por televisión dirigidos específicamente a potenciar la información, con objeto de mejorar el estándar cultural de la población, y optimizar los niveles educativos de determinados colectivos (escolares, o profesionales). Su eje sustancial es la referencia educativa."
Conforme a la definición anterior la televisión educativa está orientada a desarrollar información, mejorar el estándar cultural, y optimizar los niveles bajo la referencia educativa. Sin embargo, parece aventurado pensar que estos fines sean en el sentido estricto educación, pues el término de referencia educativa parece ambiguo.
“Para definir la televisión educativa es necesario puntualizar lo que se entiende por educación, pues de no hacerlo se corre el riesgo de caer en un pan-educacionismo que afirme que todo acontecimiento, vivencia y experiencia educan y en este sentido si todo educa, entonces el objeto de estudio de la educación será todo.”[6]
Al establecer los diferentes estados posibles que puede adoptar un sistema, se puede llegar al conocimiento de los componentes implicados de forma obligatoria u optativa en el mismo, además de distinguir sus diferencias estructurales y funcionales, en dependencias solidarias, causales o específicas que las relacionan.
“Para explicar estas relaciones de manera más clara, es útil el modelo de la cebolla en tanto que nos permite ubicar cuáles son los diferentes sistemas y como pueden ser abordados. Esta forma de explicar la realidad parte de un sistema histórico, referencial, social, comunicativo y cognitivo.”[7]
Si bien es cierto que en el caso de la educación la polisemia del término hacer pensar que todo educa, también es cierto que el término de televisión educativa se usa indiscriminadamente para mencionar cualquier mensaje capaz de exaltar valores o virtudes humanas, de aquí la necesidad de recurrir a este modelo, pues la educación puede permear a los diferentes sistemas pero sólo se puede ubicar en uno de ellos.
Los sistemas y subsistemas que contempla este modelo son abiertos y por ello son multi-afectados, pero la en culturización de la que se habló con anterioridad se ubica en el sistema referencial. La educación es un constructor social pues es parte del sistema social y su práctica depende de una institución que asigna recursos económicos y humanos con un fin determinado. La socialización se ubica en el sistema comunicativo y por último el aprendizaje es parte del sistema cognitivo.
Con la reflexión anterior es posible distinguir dos tipos de televisión:
Por un lado aquella que forma parte de un programa educativo avalado por alguna instancia social (relación educación- sistema social), y por otro lado, aquella capaz de promover algún tipo de habilidad de manera aislada al sistema educativo nacional o fomenta valores y principios (relación aprendizaje - sistema cognitivo).
En ambos casos puede darse un proceso de en culturización, sin embargo, en el primero será la sociedad la encargada de evaluar y legitimar esos conocimientos adquiridos, mientras que en el segundo caso los conocimientos se dejan al arbitrio de quién los consume y pueden ser aplicados o no durante su vida.
Al describirse a la educación, Pitágoras señalaba que educar no es dar carrera para vivir, sino templar el alma para las dificultades de la vida. Algo parecido deben pensar aquellas instituciones u organizaciones que se han dado a la tarea fomentar contenidos educativos y reconocen en la tecnología un medio adecuado para ello.
Sin embargo, es adecuado situar a la educación como objeto de estudio definido pues, como se hablo anteriormente, de no hacerlo se cae en el error de pensar que todo es educación y en estos términos, cualquier producto televisivo se puede promover como educativo.
El aprendizaje en una capacidad biológica de los seres vivos que puede ser distinta en cada individuo y depende de la acomodación que se haga de la información nueva en la estructura cognitiva ya sea de manera memorística o significativa. De tal suerte que es posible aprender de cualquier experiencia de vida, y de aquellas que apelan a nuestros sentidos a partir de los medios de comunicación.
Una televisión para el aprendizaje deberá tener presentes los valores y principios que sustentan su cultura y ayudar a promover actitudes y habilidades, aunque estas no sean avaladas por el sistema social.
Sin negar la influencia que ejerce la televisión (como medio de comunicación de masas) en el aprendizaje, los efectos que se producen no son necesariamente educativos, pues para ello, son indispensables algunos elementos cardinales. Es decir, la televisión educativa debe diseñar programas con una intencionalidad clara y expresa; los planteamientos técnicos deben aparecer supeditados a los didácticos, de ahí que los contenidos y las audiencias aparecen delimitados.
En el caso de la televisión educativa se utilizan medios y materiales complementarios, donde todos los elementos (códigos audiovisuales) se ponen al servicio de la educación-enseñanza-formación. El precio o la rentabilidad han de medirse con parámetros diferentes a los que se utilicen en la televisión comercial. Y los criterios de calidad han de privar sobre criterios de la audiencia.
La Televisión Educativa persigue objetivos muy definidos en el campo educativo que contribuyen de manera eficaz en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Su interés e intención es básicamente el de educar en un sentido amplio, ofreciendo a través de la televisión una serie de contenidos inmersos en cada uno de los niveles educativos, incorporando además conocimientos, valores y habilidades.
Por otra parte, hay quienes consideran que la educación sólo es posible en la escuela tradicional, en la cual se imparte el discurso verbal hegemónicamente sobre cualquier otro instrumento de lenguaje, y la riqueza de la labor docente estriba en mirar a sus alumnos, percibir y reconocer a quiénes se está educando.
Posiblemente las bondades de la educación presencial no sean sustituidas jamás por ningún medio, pero hay que reconocer el enorme impacto de los medios tecnológicos en la educación, no se trata de cambiar ante la necesidad de la eficientización de los tiempos, sino tomar en cuenta que la labor educativa puede llegar a más gente y de distintas formas a partir del lenguaje verbo audiovisual.
Es labor de quién participa en esta tarea, tener en cuenta que la educación no es el medio sino el fin, y que un programa que promueva la educación o el aprendizaje, deberá reflexionar sobre las necesidades educativas con un fin social.
La labor de educar o promover el aprendizaje a partir de los medios es un reto constante. En el primer caso, la televisión educativa debe tener presente que es sólo una parte de un programa educativo más amplio, que responde a un currículum y esta validado socialmente. Mientras que en el caso de aquellos programas que apelan al aprendizaje, se deben tomar en cuenta infinidad de factores tales como:
La edad del público al que van dirigidos, las habilidades, conocimientos y destrezas propias de esta edad, su nacionalidad, su cultura y su contexto o realidad inmediata, y con todos estos factores proponer programas que diviertan, propicien el aprendizaje y sean de calidad.
En ambos casos, se deben ofrecer los elementos necesarios para adoptar una postura ante la vida, de tal modo que quien sea educado o aprenda a partir de los medios tenga la capacidad de seleccionar de toda la gama de posibilidades existentes, aquellas que lejos de situarlo en la dinámica del mundo actual le de la posibilidad de elevar su espíritu a partir de la reflexión y el conocimiento y ¿por qué no? creer en las utopías.













CONCLUSIONES

Sin duda alguna la educación en México y otros países debe de ser una cuestión presencial, ya que los medios de comunicación jamás se van a preocupar por dar un verdadero programa educativo a la sociedad.
Por otro lado, la sociedad mexicana necesita de lideres de opinión que tengan la fuerza de hacer reflexionar tanto al albañil que trabaja duró hasta tarde, como al abogado que tramita papeles diarios y utiliza un lenguaje “complicado” para el simple mortal. Un buen líder de opinión no debe de ser objetivo como lo marca las reglas del periodismo, debe romper esa línea de ser como un punto neutro sin criterio.
Esto es lo que pasa con los señores que tienen los horarios estelares en las televisoras más “importantes” del país, el señor Javier a la Torre y Joaquín López Doriga se preocupan más al dar una noticia, en no equivocarse y mostrar seriedad, aunque Javier rompe con toda seriedad al gritar; ¡esta noche en hechos¡. Los noticieros deberían de preocuparse mas por tener una persona que forme ideologías a favor del pueblo, un verdadero forjador de la justicia social, que una piedra que solo lee noticias.
En el ejemplo anterior trato de explicar, que la televisión tiene una visión mas de informar y no de educar, yo creo, que los horarios estelares los deberían tener buenos documentales, que nos puedan dar una buena visión de lo que es la educación a través de la historia. Ya que el televidente mexicano promedio, es un televidente carente de lecturas, toda la información que le llega solo la conoce por la televisión y la cree como única y exacta. Es un problema muy difícil, ya que el trabajador llega a su casa después de duras jornadas de trabajo, el no quiere llegar a saber que hay mas problemas que lo van a afectar, el solo quiere llegar a entretenerse y desconectar su cerebro por un buen rato para así recibir información digerida.
[1] - Cuadernos del Colegio de Educación y Comunicación. Caracterización de la Comunicación Educativa (Segunda parte) La comunicación educativa como práctica social. Torres. H. Noviembre 1998. Número 3, Volumen 1, Año 2.
[2] Sierra, F (2000). Introducción a la teoría de la comunicación educativa. Ed.MAD.
[3] - La Segmentación Televisiva. Investigación de carácter Exploratorio, documental sobre experiencias en mercadotecnia televisiva. Eduardo Ochoa www. Monografías. Com /ochoa /htlm. 7 noviembre 2007.
[4] BARRER Chris. Televisión globalización e identidades culturales. Paidós Comunicación
[5] (Kaplún citado por Abrego, 2000).
[6] Martín. M. (1993). Teoría de la Comunicación. 2ª ED. México: Escuela Nacional de Estudios Profesionales Acatlán. P.30
[7] - Martín. M. (1993). Teoría de la Comunicación. 2ª ED. México: Escuela Nacional de Estudios Profesionales Acatlán. P.33

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